Madrugada de ayer 22 de Enero
de 2013
Música de los Dioses Grupo Secret
Ventana abierta. Me asomo a la noche, al aire frio que me
sopla el alma, a los ojos de la luna, a su magnética mirada y a sus mensajes ocultos en nubes grises de
sangre y polvo de agua.
El cinturón de Orión sostiene mis pupilas al manto negro de
la Dama y mientras mi alma brinca de estrella a estrella el canto más bello
embriaga mis oídos transportándome a un mundo paralelo a éste. Un mundo en el
que la felicidad plena es posible, en el que el ser humano es uno con todo lo
que la Madre Tierra creó. Y danzo plena
y dichosa por prados y bosques verdes, repletos de vida y espíritu.
Un mundo en
el que caigo exhausta de abundancia en el seno de la Dama y me sumerjo libre y
desnuda de superficialidad e hipocresía en unas aguas que brotan de la montaña,
limpias, dulces y cristalinas, para purificar mi alma y mi cuerpo en el fluido
vital de la Madre.
Y es entonces, cuando sus cálidas manos con olor a hierba
fresca, piedra y tierra mojada me acogen y acunan en su regazo y me duermen
mientras me enredo en sus cabellos largos y enmarañados por el tiempo.
“Cierra los ojos mi niña, respira mi aliento de menta y
romero, aférrate a mi cuerpo, viejo y raído, camina entre los pliegues de mi
piel, que son los caminos entrelazados de tu vida, pisa con decisión los surcos
de mi silueta y toma entre tus manos la tierra que te ofrezco, porque soy yo.
Nada en el líquido amniótico de mi vientre, que es la savia
de la existencia, el agua que bebes y con la que has de bañar tu rostro. Cierra
los ojos mi niña porque cuando despiertes yo estaré aquí para abrazarte”